Las Carmelitas Descalzas somos una Orden religiosa Fundada el 24 de Agosto de 1562, por Santa Teresa de Jesús. Con un proyecto de vida muy concreto y de perenne actualidad: orar por la Iglesia, los sacerdotes y las necesidades que los hombres y el mundo de hoy tienen.
Para favorecer este clima de oración, Santa Teresa sitúa al pequeño grupo en un ambiente de silencio, soledad y vida fraterna, en clausura, donde el amor y la amistad entre todas hacen visible el mandato de Jesús, teniendo como fruto la paz y la alegría, signos de su presencia.
Queriendo vivir este estilo de vida, en el hoy de nuestra historia, está la comunidad de Carmelitas Descalzas de Antequera, hijas de santa Teresa de Jesús, que vinieron a fundar el convento en Antequera el año 1632, bajo el patrocinio del matrimonio formado por Don Jerónimo Matías y Rojas y su esposa Doña María de Rojas y Padilla, pertenecientes a familias ricas en bienes y linaje, que carecían de descendencia.
Muere prematuramente D. Jerónimo y, movido por su amor y devoción a Santa Teresa, deja dispuesto en su testamento que se hiciera de su hacienda un Convento de Carmelitas Descalzas.
Su mujer, Doña María, se dio prisa en ejecutar la última voluntad de su esposo y eligió un lugar cercano al convento de los Padres, donando unas casas de su propiedad situadas entre las calles Fresca y Carrera, hoy denominada Plaza de las Descalzas.
Para constituir la comunidad de esta fundación vinieron monjas muy escogidas; de Baeza, M. Isabel Mª de la Visitación (Priora), Juana de San José e Isabel de San José; de Córdoba, Inés de Jesús (Supriora); de Málaga, Antonia Bautista y de Sabiote, Gracia de San José.
El 13 de julio de 1635 se trasladó procesionalmente el Santísimo Sacramento desde la Parroquia al convento, con grandísimo esplendor y solemnidad.
La fundadora, Doña María, “cobró tanto amor a las religiosas” que les ayudó constantemente, con toda generosidad, dando o prestando lo que necesitaran para acomodar la vivienda, y al morir en 1656 les condonó todo lo prestado.
Pronto el Señor bendijo a esta casa con numerosas vocaciones y, pasado unos años, la generosidad de la Comunidad aquí constituida contribuyó a las fundaciones de Vélez Málaga, Aguilar de la Frontera, y hasta unas de sus monjas se mandó a la fundación de Nápoles.
En 1680 hubo un terremoto que destruyó el Convento y ésta fue la causa de que, con la ayuda y dirección de los Padres Carmelitas Descalzos se reconstruyera de nuevo, de planta, explicando así la armonía y belleza que se encuentra en sus patios, claustros y demás dependencias. La iglesia se comenzó a edificar en 1707 y se terminó en 1734.